jueves, 7 de junio de 2012

El aparato psíquico. Primera y segunda teoría.

Es necesario aclarar que Freud habla del aparato psíquico humano en relación con una forma particular de funcionamiento sin hacer referencia a aquellos aspectos anatómicos o neurológicos. A lo largo de su vida fue elaborando un conjunto de ideas sobre el funcionamiento psíquico que dieron lugar a dos teorías sucesivas y complementarias. Ambas teorías contemplan tres elementos y también se las conoce con el nombre de tópicas.

El aparato psíquico: Primera y segunda teoría.

Primera teoría:
  • Inconsciente - Consciente - Preconsciente. 
  • Año 1913 - 1915.
Segunda teoría:
  • Ello - Yo - Superyó.
  • Año 1920 en adelante.
Cuando se mencionan los componentes de la primer tópica, es correcto hablar de sistemas:

  1. Sistema inconsciente: Ya descripto en entradas anteriores, por ser el pilar fundamental de la teoría psicoanalítica.
  2. Sistema preconsciente: formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías y represetanciones que no están presentes en la consciencia, pero que pueden hacerse presentes en cualquier momento, sin vencer gran resistencia para que se hagan conscientes. 
  3. Sistema consciente: Es el que nos hace relacionarnos de forma directa con la realidad a través de todo lo que percibimos. Las representaciones conscientes son todo lo que registramos, ya sea afuera de nosotros (lo que vemos, escuchamos, hacemos) como lo que pasa dentro (lo que recordamos, deseamos, sentimos). Por medio de la consciencia conocemos las cosas de forma reflexiva. Para la teoría psicoanalítica no solo el sistema consciente es el que percibe, ya que también los inconscientes y lo preconsciente están presentes en el momento de percibir. Esa presencia hace que muchas veces la percepción esté distorsionada por algún deseo inconsciente que está incidiendo. 
La segunda teoría es una ampliación que realiza posteriormente Freud, el Ello, el Yo y el Superyó desempeñan funciones distintas pero interactúan de forma permanenente, se los llama instancias.
La conducta es siempre dinámica ya que es el resultado de estas tres instancias o componentes del aparato psíquico:
  1. Ello: En él se alojan todos los deseos del ser humano. La función del Ello es lograr el placer y evitar el dolor o displacer. El deseo es el motor del aparato psíquico, y se rige por el proceso primario. Freud consideró que el aparato psíquico del bebé recién nacido forma todo Ello, es todo deseo que urge ser satisfecho. 
  2. Yo: Es la parte de nuestro aparato psíquico que reconocemos como propia. Del yo se dice que es "la parte ejecutiva" de la personalidad. Es  una suerte de organizador que percibe las necesidades externas y las internas. El yo, además de percibir, tiene otras funciones muy importantes: el pensamiento, la memoria, la relación con los otros; Además debe "controlar" los impetuosos deseos provenientes del Ello. 
  3. Superyó: Freud afirma que al nacer todo bebé es solo Ello (placer), siente una sensación de hambre que requiere ser satisfecha y percibe que siempre hay alguien que lo alimenta, luego comienza a distinguir diferentes situaciones que dan comienzo al surgimiento de Yo. A medida que va creciendo, continúa sus aprendizajes, entre ellos que hay cosas que puede hacer y otras que no: comienza a formarse el superyó. El niño va orientando su conducta según lo indicado por adultos, quienes le otorgan premios y castigos. Así surgen dentro de cada uno representaciones internas de lo que es o no correcto, de las normas sociales y los valores de la sociedad en la que vive. Dentro del superyó hay dos aspectos: 1 - Lo que no debe hacerse y 2 - Lo que sí debe hacerse para ser mejor. El primero se llama "consciencia moral" y segundo "ideal del Yo".

Su funcionamiento.

Estas dos formulaciones sobre la estructura del aparato psíquico funcionan de forma dinámica, requieren energía y se interrelacionan. 
La cantidad de energía psíquica es limitada y se distribuye entre Ello, el Yo y el Superyó. Cuando una de las instancias utiliza mucha cantidad de energía, las otras se debilitan. 
Esta dinámica es permanentemente cambiante, no funciona de forma rígida; en las personalidades sanas existe un equilibrio entre el Ello, el Yo y el Superyó bajo la coordinación del Yo, pues entre sus funciones está el contacto con la realidad. El Yo trata de mantener una armonía entre las pulsiones instintivas (Ello) y sus frecuentes choques con el Superyó. 






3 comentarios:

  1. Me Encanta la Pagina :) y Mas la Musica! :¨) Le pone mejor a la Pagina :D

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